Tras un partido cambiante y con muchas ideas y vueltas, Racing empató 3 a 3 y luego perdió por penales. Una nueva frustración en la Copa Argentina y un futuro que parece no tener rumbo.
La primera media hora, pero especialmente los primeros quince minutos, fueron un monólogo de Godoy Cruz. Racing directamente no estuvo en cancha. Presión del equipo mendocino, imprecisiones académicas y a cobrar. Dos malos pasos, dos goles en contra.
A los 13 falló Moreno tras un tiro libre a favor, contra fatídica y gol de A los 16 falló Cvitanich, gran jugada de Burgoa con apáticas defensas de Cáceres y Fabricio y otro gol. Ese 2-0 tan veloz marcó un desequilibrio impensado y mostró un equipo que, además de fallar constantemente parecía sin ganas de jugar.
Muchos errores, pases inciertos (fallaron mucho Licha y Cvita) y un rival muy enfocado. De a poco Racing de todas formas encontró la pelota y mínimamente creció en precisión. Sobre la hora, centro de Mena, cabezazo exquisito de Lisandro, y quedamos con vida de cara a la segunda mitad.
Y así entonces se cambió la imagen en el complemento. Chancalay y Mena dominaron en el ataque y llegó el empate a las 17. El cabezazo de Copetti a la red precedió a un gesto extraño callando vaya uno a saber quien por parte del nueve.
Racing tuvo más juego, insistió, intentó generar peligro y tuvo el tercero con un mano a mano que no aprovechó el mismo Copetti. Cuando todo estaba parejo y la Academia incluso pedía merecer más, llegó el tercero del Tomba. Gran gol de Ramírez, casi calcando el anterior, con un rival estático en la defensa derecha.
El golpe fue durísimo parecía no haber posibilidad de reacción. Sin embargo, sobre la hora, tras un tiro libre y una mala salida de Espinola, llegó el tercer cabezazo salvador de la noche, esta vez por Correa.
Los penales venían todos parecidos, con certeras y potentes ejecuciones de todos los jugadores hasta que llegó el turno de Copetti: una masita mal pateada, atajada y chau Copa Argentina. Una vez más.
¿Qué será de este ciclo de Úbeda? Nos enteraremos pronto. O no. Ya poco se puede prever con esta dirigencia.
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