Borrón y cuenta nueva para Racing en esta nueva etapa. Nada mejor que arrancar con un triunfo por 2 a 0 ante Newell’s.
Derrota en el superclásico y fin de la agonía del ciclo de Pizzi. Racing no mejoró en el juego pero consiguió un valioso triunfo para dar vuelta la página y además seguir peleando la punta del torneo.
Úbeda volvió al banco académico y eligió a Cvitanich (ese que la gente pedía pero el anterior de DT no metía) para reemplazar al desgarrado Lisandro López. También apostó por Garré en lugar de Enzo Copetti. Además, ciertos detalles en las pelotas paradas demostraron una actividad punzante en esa materia, algo que le gusta al Sifón para lastimar al rival.
Sin embargo, en principio el ritmo del partido lo manejaba la visita, salvo algunas pinceladas de Cvita y no mucho más en un primer tiempo poco apetecible y sin llegada a los arcos.
La Academia golpeó primero en el complemento, cuando no, gracias a una arremetida de Mena que la defensa despejo al córner. Así el tiro de esquina de Chancalay fue un oasis en medio de la neblina para encontrar un golazo olímpico (el primero de Racing en más de 30 años) y una ventaja en el marcador que ya no se iba a doblegar.
Racing se sintió cómodo con la ventaja y Newell’s ya no supo encontrar los caminos. Úbeda movió el banco y los futbolistas que entraron en sus primeros tres cambios fabricaron el segundo gol del partido: Copetti cambió de frente para Lovera, que fue hacia adentro y sacó un derechazo. Aguerre dio rebote y ahí llegó Fabri Domínguez para anotar su primer gol en primera, jugando en su posición natural de mediocampista por derecha.
La Sifoneta en acción. Una alegría más que necesaria.
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