Otro cero a cero de Racing, esta vez contra Boca de visitante, para seguir invictos en esta nueva etapa. Ahora se necesita juego.
Un primer tiempo horrendo en La Bombonera demostró dos interinatos que, después de ciclos cumplidos, están todavía merodeando en la búsqueda de una idea conceptual. Búsqueda que no tuvo horizonte más allá de algunos buenos toqueteos en el local y pequeñas insinuaciones de la visita, especialmente de la mano de Lovera, o una buena combinación a los 16 entre Correa y Miranda que este último definió con una pifia.
Acercándose al final, tras un centro por un tiro libre Izquierdoz entró totalmente solo y Arias brilló como ya nos tiene acostumbrados para rechazar con una clase magistral al córner. La más clara de una primera parte que no dejó nada para recordar.
Casi nada cambió en el complemento. Poco de ambos y un Racing sin claridad, sin posibilidad de desequilibro de parte de Chancalay y Correa, algo otra vez de Lovera, y un Miranda que sigue dejando muchas dudas. Los costados esta vez no funcionaron, y Mena y Domínguez nunca lograron algún desborde potable.
La firmeza en el fondo (salvo por el descuido del primer tiempo) y la figura siempre preponderante de Arias fueron lo poco para destacar. Los cambios con las entradas de Rojas, Alcaraz y Martínez no aportaron nada, mostrándose los tres bastante desapercibidos en el juego.
De a poco Boca fue instigando a la Academia y terminó dominando el partido, con Vázquez como arma más peligrosa, quien tuvo muy claras, defendidas por Arias y Nery respectivamente.
Un partido que nos hace recordar al último jugado contra Boca. Racing solo quiso empatar y lo logró. Ahora se jugó un poco mejor que la otra vez, pero entonces se festejó por el triunfo en los penales. Un punto que solo sirve para que el Racing de Úbeda siga invicto y sin goles en contra. No es poco, pero falta mucho.
Deja una respuesta